En algún momento todos hemos pensado en empezar un negocio y ser nuestro propio jefe. Para que esto ocurra, lo primero que debes hacer es definir el tipo de negocio que quieres emprender. Analiza detenidamente el mercado al que quieres apuntar, identifica la oferta que ya existe en ese campo (competencia) y piensa en el valor agregado que debes darle a tu nuevo producto o servicio, para que éste sea atractivo. Toma en cuenta quiénes serán tus clientes y examina sus características, tales como género, edad, preferencias de consumo, nivel socioeconómico y estilo de vida. Con todos estos elementos, elabora un plan de negocio para que tu emprendimiento tenga un norte claro.
Jamás pienses que tú ya lo sabes todo, busca asesoría y crea alianzas estratégicas con otras personas y/u organizaciones que puedan brindarte apoyo para que montes tu nuevo negocio. Recuerda que mientras mejor preparado estés mejor te irá.
La primera alternativa para financiar tu nuevo negocio es el dinero que tengas ahorrado. Si todavía no cuentas con él, comienza a ahorrar entre el 10 y el 15% de tus ingresos mensuales y haz un plan para reducir algunos gastos innecesarios y destinar ese dinero a tu nuevo propósito.
En esta etapa, toma en cuenta que debes cuidarte de los gustos culposos y de aquellos consumos diarios (como el café de la mañana o las golosinas) que, sin que nos demos cuenta, van afectando a nuestro bolsillo. Toma en cuenta que lo más recomendable es que no estés endeudado cuando seas tu propio jefe.
Para complementar el financiamiento de tu emprendimiento, puedes solicitar un crédito que te permita ponerlo operativo. Para acceder a un crédito recuerda que debes revisar si tu perfil cumple con los requisitos que solicitan las instituciones financieras. En términos generales, éstas analizarán: tus fuentes de ingresos; que no estés sobre endeudado, es decir, que al momento de adquirir una deuda no se comprometa más del 30% de tus ingresos; que tengas estabilidad laboral; y, que tu historial crediticio sea aceptable.
Toda vez que sepas tu estado financiero, piensa en las instituciones que pueden concederte el crédito que mejor se acople a tus expectativas. Haz tus propios cálculos para que los compares con los de tu asesor financiero y escojas una cuota mensual con la que puedas pagar el préstamo con comodidad sin afectar la rentabilidad de tu negocio.
No tengas miedo a emprender y atrévete a ser el principal protagonista de tu crecimiento financiero. Recuerda que el ahorro y un crédito responsable, pueden ser los mejores aliados de tu nuevo negocio.
